Match y mejoch
Así querían las buenas gentes de mi taller de Matadero que se llamaran los dos equipos que iban a jugar el Match de improvisación del Sábado. Yo me negué a que fuera un juego de palabras, que a la segunda ha perdido la gracia y que yo iba a tener que repetir hasta la saciedad a lo largo de todo el espectáculo.
A la hora de comer estaba muy cansada. Es la única explicación que encuentro para que al final tragara con que el Match acabara siendo entre los Peneadictos XVI y los Chochinger Teta (era la letra griega en realidad, pero este teclado no da para tanto). Uf. Tengo que descansar más ;)
En fin, voy a empezar por el principio, el Match de improvisación es un juego y un espectáculo, todo en uno. Casi un deporte. Se puede echar un partidillo para divertirse, y que no lo vea nadie, o se puede mostrar.
En mi taller, lo que hacemos es, entre otras cosas, entrenar y jugar un poco, y el Sábado al asunto se le añadía el factor espectáculo (o sea un público, que tambien se tiene que divertir).
En mi opinión, el que un espectáculo salga bien, depende de un montón de factores, pero en concreto es muy importante que los que actúan se diviertan, pero con responsabilidad. Algo así como practicar sexo seguro, para que nos entendamos. Si vamos a lo loco, lo más probable es que todo se vaya al garete y que al final nos divirtamos muy poco. Me encantan las comparaciones entre el sexo y el teatro, las utilizo a menudo de hecho.
Yo puse todo lo que pude de mi parte para que la gente del taller y el público tambien se diviertiesen este Sábado. Fue agotador. De hecho lleva casi un mes siendo agotador. Controlar al segundo y al milimetro lo incontrolable (¡es un espectáculo improvisado!) es imposible, y yo lo he intentado.
He sufrido, me he cansado y hasta me he enfadado en algún momento.
Y al final, despues del miedo que he pasado ¡fue genial!
Todos nos divertimos mucho: Jaime como un clown metido a presentador de macroeventos deportivos, Diego con la música, los bocinazos y hasta los relinchos, yo como árbitro punki-borde-macarra y sobre todo el público y los 8 jugadores, con momentos gloriosos.
Esa fogata de la noche de San Juan churruscando a ese pobre incauto que quería quedar bien con su novia, en lenguaje inventado...
Ese cura invitando a la confesión (o a alguna otra cosa) a la pobre pecadora que hacía top-less en la playa y que era aleccionada en dos sentidos bien diferentes por un diablillo y un angelito...
Esos variopintos amores en verso...
Esas faltas de cliché de Dark Vader y Rett Butler.
Esos buscadores del yeti... y esos militares gays.
En fin, ese match de impro, único e irrepetible, como todos.
Volveremos en Otoño.
A la hora de comer estaba muy cansada. Es la única explicación que encuentro para que al final tragara con que el Match acabara siendo entre los Peneadictos XVI y los Chochinger Teta (era la letra griega en realidad, pero este teclado no da para tanto). Uf. Tengo que descansar más ;)
En fin, voy a empezar por el principio, el Match de improvisación es un juego y un espectáculo, todo en uno. Casi un deporte. Se puede echar un partidillo para divertirse, y que no lo vea nadie, o se puede mostrar.
En mi taller, lo que hacemos es, entre otras cosas, entrenar y jugar un poco, y el Sábado al asunto se le añadía el factor espectáculo (o sea un público, que tambien se tiene que divertir).
En mi opinión, el que un espectáculo salga bien, depende de un montón de factores, pero en concreto es muy importante que los que actúan se diviertan, pero con responsabilidad. Algo así como practicar sexo seguro, para que nos entendamos. Si vamos a lo loco, lo más probable es que todo se vaya al garete y que al final nos divirtamos muy poco. Me encantan las comparaciones entre el sexo y el teatro, las utilizo a menudo de hecho.
Yo puse todo lo que pude de mi parte para que la gente del taller y el público tambien se diviertiesen este Sábado. Fue agotador. De hecho lleva casi un mes siendo agotador. Controlar al segundo y al milimetro lo incontrolable (¡es un espectáculo improvisado!) es imposible, y yo lo he intentado.
He sufrido, me he cansado y hasta me he enfadado en algún momento.
Y al final, despues del miedo que he pasado ¡fue genial!
Todos nos divertimos mucho: Jaime como un clown metido a presentador de macroeventos deportivos, Diego con la música, los bocinazos y hasta los relinchos, yo como árbitro punki-borde-macarra y sobre todo el público y los 8 jugadores, con momentos gloriosos.
Esa fogata de la noche de San Juan churruscando a ese pobre incauto que quería quedar bien con su novia, en lenguaje inventado...
Ese cura invitando a la confesión (o a alguna otra cosa) a la pobre pecadora que hacía top-less en la playa y que era aleccionada en dos sentidos bien diferentes por un diablillo y un angelito...
Esos variopintos amores en verso...
Esas faltas de cliché de Dark Vader y Rett Butler.
Esos buscadores del yeti... y esos militares gays.
En fin, ese match de impro, único e irrepetible, como todos.
Volveremos en Otoño.
4 Comments:
At 5:30 p. m., Fantine said…
A ver que me aventuro a adivinar. El cura con la chica del topless ... Era Malignus?
Al próximo, aunque sea solo cmo público (como participante de momento me veo sin tiempo, aunque todo se andará) prometo ir, así que nada de que coincida con eventos ménsicos
At 10:40 p. m., Eva said…
Gracias Cary!
Gracias por todo, por todo lo que nos has enseñado y todo lo que queda por que nos enseñes. Gracias por tu paciencia, por tu dulzura y por ser como eres!!! GRACIAS!!
Disfruté el match mucho más de lo que creí con todos y cada uno de mis compañeros. Fue un trabajo en equipo estupendo. Os quiero un montón!!
At 12:56 a. m., Anónimo said…
Perdona la parte que me toca por los enfados. Me lo he pasado de puta madre y estoy deseando volver a improvisar con todos vosotros. Contad conmigo para otoño ;) !PEEENEADICTOS¡ ¡Tam, tam, tam, tam, tam!
At 9:26 p. m., Rapunzell said…
Tiene una pinta fabulosa. A ver si a la próxima representación del taller podemis ir :)
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